Stephen Sommers es un enamorado de los clásicos. Eso queda claro con su aproximación a la Momia y se confirma con Van Helsing, donde mete a la trío de oro del cine de monstruos: Dracula, el Hombre Lobo y el monstruo de Frankenstein (Al que llamaremos Franky), enfrentados a Van Helsing. Incluso se permite incluir a Mr Hyde algo cambiado para la ocasión.

En esta película veremos como Van Helsing viaja a Transilvania para enfrentarse a su peor enemigo: el Conde Dracula para salvar a una princesa gitana y de paso el mundo. Para ello dispondrá de todo un arsenal, de su buen amigo el fraile Karl (Muy importante que sea fraile y no monje) y de la propia princesa Anna.


Antes de meternos en la trama en si, tengo que decir que Van Helsing ha cambiado un poquito. Le han hecho una oferta en el gimnasio de su tía Tere y se ha puesto cachas. Porque menudo cambio ha pegado de ser el gran Peter Cushing y el demente Anthony Hopkins, a un Hugh Jackman en plan lobezno con melena.

 También se ha agenciado un sombrero de ala ancha, y una gabardina de cuero para estar al día con las modas actuales. Olvidamos que estamos en pleno siglo XIX y también le damos una metralleta. Si, se paran a explicar que es una ballesta impulsada por gas, pero es una metralleta.

No tengo quejas con eso, me gusta todo ese aspecto retrofuturista que le dan al arsenal de Van Helsing.

Dracula también sufre un cambio importante, de ser una fiera sedienta de sangre, o un enamorado con un problema grave para aceptar las perdidas, pasamos a una suerte de aristócrata con malas pulgas. Todas sus escenas desprende un aura de peligro muy bien conseguida, y lo mejor es que el actor se cree que puede matar a todos los presentes, le da tanto igual el nivel de amenaza que parece más aterrador de lo que realmente es. También es que el actor que lo interpreta me cae bastante bien, es un buen apaño para sustituir la imagen de Christopher Lee y Gary Oldman.

En la foto de la derecha se ve claramente, se cree tan superior a todos que se permite chulear todo el tiempo. Se siente que en algún momento de su pasado fue un miembro de la realeza, tiene los mismos dejes de soy mejor que tú y lo sabes.

Además de algunos gestos que recuerdan a otras interpretaciones del personaje. Ahora mismo me viene a la memoria una risotada que recuerda a Gary Oldman en el momento en que Keanu Reeves descubre la verdad. Y aquí se aprovechan de los efectos especiales para demostrar que Dracula es Dracula. No me refiero a las virguerías de CGI de transformarse en murciélago, me refiero a los movimientos de Dracula. Camina por las paredes, por el techo, se pone a hablar con alguien moviéndose por toda la habitación, transportándose instantáneamente de un punto a otro, y todo esto con trucos prácticos, colgaron al actor del techo para que actuara. Y en ningún momento canta (Al menos sus escenas, porque la de las vampiras se nota un montón que están sujetadas por un cable, no se sienten cómodas y dan al traste con el efecto). También es cierto que las actrices no son precisamente una maravilla, están allí para tirar de escote.

Solo tenéis que ver esa maravillosa interpretación de tres mujeres atormentadas por el dolor de haber perdido algo insustituible en sus vidas. ¿Qué? ¿No lo veis? Eso es porque están poniendo caras sin más, porque saben que la actuación que vale es la de Dracula que esta en primer plano y enfocado y no se esfuerzan ni un momento. La hierba que aparece al fondo es mejor actor que ellas.

Y para terminar con el reparto, tenemos a Kate Beckinsale haciendo de princesa gitana. David Wehnam como el amigo fraile de Van Helsing y alivio cómico de la cinta, aunque hace mucho más que Kate, que solo está ahí porque el guionista quiere. Por último tenemos el mejor diseño de hombre lobo, este si que me creo que es un lobo antropomórfico, el resto parecían perros; y al mejor personaje de la cinta a nivel moral, Franky, es bondadoso, quiere que le maten para evitar el fin del mundo, se preocupa por los demás, y todo eso por leer la biblia, debe haberse pasado las partes donde Dios destruye ciudades y se quedo con las de Jesús.

Pasemos a la película. Tiene un inicio espectacular. El logo de la universal convertido en una llama, todo en blanco y negro. La estética, la forma de rodar, los planos, todo recuerda a los clásicos. El nacimiento de la criatura de Frankenstein, la turba yendo a matar al buen doctor por dedicarse a saquear tumbas, la conversación con Dracula. El trabajo de sombras para ocultar los efectos, de momento. Y, por supuesto, la espectacular escena del molino, con esa construcción ardiendo, coronada por el monstruo de Frankenstein llorando por su creador asesinado. Esta tan bien hecho, que los efectos por ordenador de Dracula y sus novias volando son aun más cutres, dignos de una Atari 2400. Aquí, Stephen Sommers demuestra lo mucho que quiere esas viejas películas de la Universal. Aunque lo enrevesado de la trama haga recordar más a la famosa Hammer.

Hasta aquí hemos tenido un magnifico comienzo, ahora vuelve el color y vemos a nuestro protagonista por las calles de París. Persigue a nuestro buen amigo Mr. Hyde, una mole de dos metros y medio, con un gran trabajo de animación ya que te lo crees más que a Yoda y son de las mismas fechas. La escena de acción en la Catedral es impresionante, ágil y divertida, sobre todo por Mr. Hyde que derrocha carisma y asco a partes iguales, aunque intenten cargárselo con un chiste de culos.

Van Helsing lo tira por el rosetón de la catedral, yo me cago un poco en sus muertos por hacerlo, y nos vamos a Roma para que nos riamos un poco con la sociedad secreta que nos presenta. Una sociedad donde todas las religiones del mundo cooperan para salvarlo del as fuerzas del mal. Esto no hay quien se lo crea, y mucho menos que su sede central este bajo el Vaticano, pero haremos el esfuerzo de que los lideres religiosos musulmanes, católicos y judíos puedan cooperar por un bien común.

Nos dan la siguiente misión, con un guiño bastante evidente al usar un proyector, tenemos que matar a Dracula después de cuatrocientos años porque nos ha entrado prisa. Es la única explicación que dan, no te dicen porque después de tantos siglos les da ahora por enviar a su mejor hombre a por él. Me imagino que querían que la familia de Anna se quedase en las puertas para joder la existencia a San Pedro al tener que aguantar a tanta gente allí aglutinada sin poder pasar, ni ir al infierno.

Aquí vemos por primera vez a David Wenham haciendo de fraile y sidequick de Van Helsin. Muy importante que sea fraile, para que pueda maldecir todo lo que quiera y tirarse a una campesina a media película. No es listo ni nada.

Nos vamos a Transilvania, vemos una escena con el hombre lobo más molón de la historia, nos presentan a Anna (el personaje de Kate) y a su hermano que va a sufrir el típico caso de hermano convertido en malo pero sin querer.

A partir de aquí la trama avanza a golpe de escena de acción. El ataque de las vampiras al pueblo. El ataque del hermano licantropo de Anna. La primera aparición de los hijos de Dracula. La persecución de caballos a través del bosque. El baile de mascaras. Y por último el asedio al castillo de Dracula para matarle definitivamente. Todas esas escenas son verdaderamente entretenidas, pero entre medias, salvo el personaje del fraile y Franky, no hay mucho que te llame la atención. Van Helsing es un lobezno descafeinado. Anna es un estorbo que poco hace en la trama, salvo ser secuestrada, salvada y aparentar ser una tía dura. Pero los dos momentos en los que hace algo, matar a una vampira y curar a Van Helsing de la licantropia son propiciados por la suerte. La primera, el fraile le da una estaca mientras la vampira no deja de hablar sobre lo guay que será matar a Anna y está se la carga; y la segunda le clava la aguja con la cura a Van Helsing de puro milagro antes de romperse el cuello. No sirve para nada. Es el típico personaje femenino que meten con calzador para que veamos lo guay que es y que en realidad no es más que eso, un cartel motivador. El fraile hace más en la trama que ella. El fraile debería haber sido el interés romántico de Van Helsing.

Una de las mejores escenas.

Tampoco se le puede pedir mucho, es una película que busca ser entretenida y poco más. Cae en los defectos típicos de estas películas, los malos hablan y hablan, y por ello dejan ganar al bueno. Dracula podría haber matado unas cinco veces a Van Helsing y no lo ha hecho porque el guionista no quería, es más, Van Helsing acaba matándolo de puro milagro. Lo mismo ocurre con las vampiras. La primera novia de Dracula muere porque le da como treinta horas a Van Helsing para que pueda coger su ballesta-metralleta, empaparla en agua bendita y matarla. La segunda muere porque está ciega y no ve cuarenta kilos de dinamita dentro del carruaje. Y la tercera es asesinada porque no contiene su verborrea. Esto es culpa de que el guionista no sabe como se podrían librar los personajes de dichos peligros, y les hace hablar y hablar hasta que la suerte les trae una salida fácil al problema.

Pero antes de terminar pondremos sobre la mesa lo mejor de una película que merece la pena ver, no es una abominación, simplemente es una película de ver con el cerebro apagado.

Empecemos con su vibrante banda sonora que imprime un ritmo vertiginoso a todas las escenas en las que se ve envuelta. La escena del baile es mucho mejor gracias a la música que suena de fondo. Tiene muchos matices que recuerdan a la Momia, pero me imagino que esta hecho aposta. Me gustaría imaginar que ambas películas estaban conectadas y que Van Helsing habría aparecido en la tercera parte de la Momia de haber tenido éxito. Se menciona a lo largo de la película que recuerda batallas de hace milenios, y que es la mano izquierda de Dios, la encargada de llevar su ira a los mortales, así que no veo inconveniente en que aparezca con Rick O’Connell cien años después de lo que hemos vivido en Van Helsing. Habría sido apoteosico. Sin embargo, la gente no entendió las intenciones de Sommers y la película se quedo en un MEH bastante serio. Ni buena ni mala. No  se hundió pero tampoco fue un pelotazo, quedando recluida al cajón de las películas olvidables.

Si tenéis tiempo y os gustaron las películas de La Momia, la recomiendo, pero si hubiera que elegir entre está y la Momia, gana la Momia por goleada. Es más, Deep Rising, es mejor que esta. Así que ya os hacéis una idea de lo que os espera. Diversión sin más pretensiones.