Os voy a ser sinceros, esta Eva Green. Tim Burton podría haberla puesto sentada en una esquina tejiendo calceta y me habría gustado. Es una debilidad que tengo, esos ojos me pueden.

Es la cereza que corona un buen pastel. El Hogar de Miss Peregrine para niños peculiares ha resultado ser una grata sorpresa. Una historia muy interesante que me atrae hacia los primeros años de Burton, dónde reconocemos varias de sus filias de aquellos tiempos y que fue perdiendo en favor de una estética reconocible haya dónde fuera.

Miss Peregrine nos lleva a la anodina y solitaria vida de Jacob Portman, un adolescente solitario a causa de su entorno, dónde no encaja aunque lo intente, y que acabará encontrando un lugar perfecto para él en el hogar de Miss Peregrine. Un lugar dónde los peculiares pueden vivir en paz ajenos a todos y a todo. Los peculiares, personas con dones especiales, desde ser invisibles hasta animar objetos. Jacob se encuentra cómodo en la rareza del hogar de Miss Peregrine. Pero algo los amenaza a todos, Barron y los huecos, monstruos que se alimentan de peculiares. Jacob tendrá entonces una misión, proteger a los niños de Peregrine.

De nuevo voy a comentar una película sin saber nada del material que adapta por lo que puedo equivocarme en algún punto y darle más crédito a Burton y al guionista del que merecen, pero me mantendré en lo visual en ese aspecto.

Toda la película me recuerda a sus primeras obras. Los primeros minutos en Florida me llevan de nuevo a Eduardo Manostijeras con su urbanización construida por casas idénticas. Un lugar que parece succionar las ganas de vivir de todo el mundo, desde las casas bajas, como si estuvieran desparramándose por el suelo del hastió, hasta ese supermercado en el que trabaja Jacob en la primera escena. Dan ganas de gritar y solo estas unos minutos. Es la normalidad hecha aburrimiento. Eso a Burton se le da muy bien, mostrarnos una realidad que nos disgusta para que nos lancemos de lleno a lo peculiar.

Me gusta el personaje de Jacob en este primer tercio pues en su infancia y gracias a su abuelo veía el mundo como una gran aventura que le espera tendiéndole la mano, y su entorno fue consumiendo ese entusiasmo hasta convertirlo en un simple cascarón que repite la monotonía de los demás.

Vemos que de niño quería seguir los pasos de su abuelo, su idolatrado abuelo (Un personaje que esta claramente pensado para Christopher Lee, una lástima) y que poco a poco en el colegio, su padre, todos van arrancándole poco a poco todas esas energías. Le conducen al conformismo, a convertirse en su padre, una persona sin ambiciones, sin vida apenas, que se rinde ante el primer obstáculo.

Me encanta que Burton no caiga en el tópico de hacer a los padres malas personas, son gente normal. La madre de Jacob esta todo el día trabajando porque debe mantener a la familia y su padre simplemente se ha rendido ante la vida, tratan de ser buenos padres pero se nota que no saben muy bien como. Solo tratan de ayudar en lo que pueden, es una lástima que el guión decida olvidarse de ellos llegado el último tercio y no vuelvan a mencionarse.

El resto de personajes los considero desaprovechados, pues apenas se nos da pinceladas de la mayoría al ser un número tan grande. Se concentran en unos pocos, pero incluso estos están un poco desdibujados al no contar con el tiempo suficiente.

La mejor tratada, paradogicamente no es Jacob, o Miss Peregrine (Como podría llevarnos a pensar el título), es Emma. Su personaje es el que considero mejor construido, aunque le falla parte del contexto. Vemos su personalidad perfectamente dibujada, una persona amable que se cierra en banda cuándo ve que la van a abandonar por culpa de su pasado. Sin embargo no guarda rencor, incluso entiende y anima a la gente a tomar la decisión que quieren aunque le duela. Es, para mi, el mejor personaje.

Miss Peregrine, por desgracia para mi, es una suerte de mentora y al igual que Obi Wan, una vez ha cumplido  se hace a un lado para que los verdaderos protagonistas brillen con luz propia. Es una desgracia porque Eva Green es de mis actrices favoritas y estoy enamorado de sus ojos, pero lo importante son los niños y la película lo sabe.

Y no nos trata como a idiotas, si los poderes de los niños no sirven, lo dicen a la cara. Barron se ríe de uno de los niños cuándo trata de detenerle con luces brillantes. En ese aspecto no va a darnos el cliché de que todos sirven, a veces no vas a ser útil en una situación, pero lo eres en otra.

Hablando de Barron, lo presentan para mi gusto demasiado tarde y en manos de cualquier otro actor habría sido un desastre. Por suerte llamaron a Samuel L. Jackson y construyo un villano rebosante de carisma y que recuerda a Beatlejuice en bastantes aspectos, siendo un personaje muy divertido y que te gustaría verle más en pantalla interactuando con el resto de personajes. Pero no es un payaso, no es como Garfio en Peter Pan, Barron da miedo, sabes que hará lo que sea por obtener lo que quiere.  Un villano que recibe poca atención pero que roba cada escena en la que sale.

Barron no es el único antagonista, también están los huecos, cuyo diseño me parece brutal. Similar a Slenderman, pero con suficientes diferencias como para vincular sus formas a la película.

El apartado artístico es curioso pues no es el habitual, es bastante sobrio y salvo el caso del fragmento en Florida dónde se nota la mano de Burton, el resto no recuerda a su estilo gótico y sobrecargado. Los decorados son agradables, y Burton usa la iluminación y el color para transmitir, en lugar del diseño artístico, volviendo más apagado el mundo «real» y más colorido y cálido el hogar de mis Peregrine.

Sin duda estamos ante la mejor obra de Tim Burton de los últimos años, sin desmerecer sus proyectos más recientes. Recupera parte de su identidad y suaviza su personalidad para darnos una nueva versión de si mismo más cercana a su juventud que a su madurez como director.

Esta película ha hecho que recobre las ganas de ver nuevos proyectos suyos en la gran pantalla en lugar de aguardar al formato doméstico. Creo que eso es un gran paso en un director que parecía abocado a la repetición continuada de sus manías.

Bienvenido  de nuevo Tim.