Vuelvo con otro protagonista «malvado» después de Sin Perdón. Aunque tengo que reconocer que Munny tiene pinta de ser mejor persona que Porter.

Pero no adelantemos acontecimientos. Ya sabéis que nunca hago las entradas con un orden fijo, me guío por lo que me interesa contar y lo que creo que puedo aportar. Os considero más como un amigo a quien contarle la película y mis impresiones que otra cosa.

En este caso estamos ante una película de venganza sin ser de venganza. Tenemos a Porter (Mel Gibson) como un atracador con unos principios a prueba de bombas. Porter es traicionado por setenta mil dolares y dado por muerto con dos tiros en la espalda.

No estamos ante George Clooney, Porter no es un ladrón de guante blanco o un encantador vivaracho. Porter es un desgraciado que, al igual que su amigo traicionero, no dudaría en robarle a un mendigo. Cae mal, y si os cae simpático es por Mel Gibson. La crítica puede decir misa, Mel Gibson es un actor como una catedral.

Porter en manos de cualquier otro sería un cabrón desagradable al que odiaríamos solo por los primeros cinco minutos. Pero es Mel Gibson y lo borda como ladrón con mala leche y unos principios a prueba de todo.

¿Por qué hablo de principios dos veces en lo que llevo de artículo? Porter se embarca en una vendetta personal solo por esos setenta mil dolares. Durante toda la película se nos repite continuamente lo absurdo que es jugársela de tantas maneras por esa ínfima cantidad. Nadie acaba de creerse del todo que se la juegue por tan poco. Ni dos policía corruptos, ni la propia Organización, nadie. Es más, acaba consiguiendo el doble por lo duros de orejas que son algunos.

De eso trata la película, de como un hombre dado por muerto quiere recuperar un dinero que ha ganado «limpiamente» (Robar a una mafia no puede ser robar), y de como las pasa canutas para conseguirlo. Enfrentado primero al sádico de su socio traidor, luego contra la mafia china comandada por una Lucy Liu de infarto, más tarde por la propia Organización, dos policías corruptos con infulas y un matón del tres al cuarto que se cree más listo de lo que es.

La parte romántica no estorba y tiene un par de momentos interesantes. Agradezco que me sorprendieran con cierta escena porque ya me veía venir un tropo que no soporto y lo eludieron  dando un giro que no esperaba.

Acabo de dar con un punto importante. No esperaba muchas cosas. Los cambios de rumbo que tiene la trama son coherentes porque dejan pistas suficientes, pero no te los ves venir. La reunión con el «dentudo» por ejemplo, me sorprendió aunque se pudiera ver venir. Luego tiene otros detalles que los adelantas, pero la película lo dispone para que lo hagas y se te ponga una sonrisa en el rostro al ver que lo has «adivinado».

Sin duda es una gran cinta de acción con un personaje que puede recordar en ciertos aspectos a otros interpretado por Gibson o por Willis (Tiene ciertos dejes a El último Boy Scout), pero crea un personaje muy diferente a lo que solemos ver en estrellas de este calibre, más cercano al anti-héroe o el villano reconvertido que a un herpe propiamente dicho.

Antes de terminar me gustaría alabar a la tanda de secundarios que aparecen en esta película. Ninguno son grandes nombres, pero todos son grandes actores que refuerzan la película. Los líderes de la Organización, los policías, el matón taxista, todos ellos son caras conocidas que dan empaque a la cinta.

Es una buena película, buena acción, bien actuada, sorprende para bien. La recomiendo sin duda alguna.

Mel Gibson mola y hay que decirlo más.