Os estaréis preguntando por la presencia de esta cinta. Vosotros esperabais a Louis Leterrier y Edward Norton, y yo os traigo a Ang Lee y Eric Bana. No os preocupéis, Norton llegará pronto, pero me parecería muy injusto no incluir esta película en esta serie de artículos. Y es que, a pesar de no estar incluida dentro del UCM, si que parece ser la base de El Increible Hulk.
Y es que ya lo dijo hace poco Kevin Feige (Cabeza visible del universo Marvel), ¿Para qué vas a volver a contar una historia que ya han contado? Esta declaración iba en referencia al fallido relanzamiento de Spiderman por parte de Sony, pero parece ser la base sobre la que se realizo el Hulk de Leterrier, pues inicia en Brasil dando por sentado que conoces al personaje de antes. Y ese antes es esto: El Hulk de Ang Lee.
No he puesto al director en el título por nada. Esta película es de Ang Lee, no podrías cambiar al director sin cambiar por completo toda la esencia de la película. No podría existir sin Ang Lee.
Este hecho tiene sus partes buenas y sus partes malas. La buena, sin duda alguna es que Hulk es una película de autor, tiene su personalidad y con ver una sola escena la reconoces sin problemas. Por contra, tienes una cinta que no va a gustar a todo el mundo. Me incluyo en el grupo de gente que no sé si me gusta o la tolero. Le veo muchas virtudes, pero tienes que ir preparado para verla.
De entrada la película tiene un ritmo muy lento, en ciertos momentos parece que esta en coma de lo lenta que avanza. Para verla tienes que prepararte para ello y si lo consigues la vas a disfrutar. Desde el principio nos deja claro sus intenciones. Vamos a visitar la psique de Bruce Banner, el infierno por el que pasa por culpa de su pasado.
Un pobre hombre atormentado por las pesadillas de algo oculto en su interior y un accidente que desencadenará esos terrores. No solo Hulk surgiera del accidente, también comenzará a recordar un suceso traumático: La muerte de su madre. Lee nos adentra en un Banner con una vida monótona que se va a pique por culpa de Hulk. Se esfuerza mucho porque sintamos lastima de él.
Su novia le ha dejado, sufre un accidente que tendría que haberlo matado, su ex suegro le persigue por medio mundo, su padre quiere su poder, y un chupatintas trata de arrancarle la médula para estudiar y reproducir su mutación para usarla en el ejercito. Bruce es el hombre con la peor suerte del mundo. Raro es que a los cinco minutos de película no empaticemos con él, y lo que es un logro, con su otra mitad.
A pesar de las dificultades técnicas, hablamos de 2005, el Hulk representado es fiel y te crees que esta hay. Es una parte fundamental de la película, si Hulk no funciona, la cinta se hunde. Por suerte lograron una textura creíble y transmitir unas emociones que solo habíamos visto en Gollum hasta ese momento. Recordemos que por esa época teníamos a Zemeckis dando miedo a las niños con sus maniquís sin alma.
No solo hablo de las escenas de acción, escasas pero bien resueltas. Lo mejor, paradójicamente, son las escenas de calma. Ver a Hulk sentado, mirando un trozo de musgo en una roca en medio del desierto. Sus ojos, su rostro, te transmite las ansias de un ser que solo quiere estar solo. En esta película Hulk no mata a nadie. Fijaos un poco y veréis que lo único que hace es defenderse, huir, defenderse y huir. Así una y otra vez. Las muertes que ocurren a su alrededor suelen ser a causa de la estupidez de otros o de descuidos. El villano de segunda sin ir más lejos se vuela a sí mismo por no haber aprendido que la piel de Hulk es impenetrable.
Hablando de piel impenetrable, este Hulk tiene una característica que no he vuelto a ve en el UCM. Este Hulk crece con la rabia. A más lo enfurezcas más grande y fuerte se vuelve. Habría sido divertido ver lo que Wheadon hubiera hecho con esta posibilidad pero viendo que tampoco quiso ahondar (Con razón) en la psique de Banner, entiendo que tendría sus razones para no hacer que Hulk creciera más de lo normal. La razón que yo le doy es técnica y de público, no tengo claro que la gente entendiera que Hulk crece con la mala leche, y lo tomaría como que es un error de los efectos.
La psique es la otra faceta en la que se ha preferido no ahondar en profundidad, como digo más arriba es natural. La escena del sueño, con Banner afeitándose y viendo a Hulk en el espejo; esa lucha de egos en la que Hulk gana es muy compleja. Incluso en una película individual tratar ese tema puede resultar complicado ya que le estaríamos dando a una entidad bestial un componente mucho más inteligente.
Para hacernos una idea, Hulk es como el hombre lobo. Una vez convertido deja de tener criterio, es una mole de músculos con muy mal genio. Por eso las escenas oníricas son tan complejas, la del baño implica una lucha de egos, incluso llega a oírse a Hulk hablar y quejarse de lo débil de Banner. Aunque si es cierto que las primeras representaciones si podrían valer para que veamos esa lucha interna, la puerta siendo golpeada una y otra vez, cada vez con más intensidad hasta que revienta y ves a Hulk al otro lado. Ese estilo si lo veo más cercano a Hulk.
Pero de nuevo, jugar con la onírica es complicado en una película sin que pierdas al espectador por el camino. Y un Hulk descontrolado no sirve en este universo salvo que traten de recrear WWH, y ni con esas, para ese entonces Hulk ya había conseguido voz propia y una inteligencia similar a la de Banner.
Cada vez tengo más claro que todo lo que me gusta de esta película no puede salir de ella. Aunque me gustaría ver al Capitán América luchando contra un caniche mutante.
Antes de terminar me gustaría centrarme en dos puntos.
El primero es el estilo visual que imprime Ang Lee a la película, esas viñetas vivas que van cambiando y moviéndose para distintas escenas y puntos de vista. Me gusta el estilo, pero, y siento repetirme, solo encajan en esta película. No lo veo funcionando tan bien en ninguna otra. Y no es porque esta sea especial o sea más comiquera, es por la personalidad que tiene. Cada escena que utiliza las viñetas es para que veamos varios puntos de vista a la vez, como en 24, vemos a Hulk destrozar un ascensor al mismo tiempo que vemos al General Ross dando instrucciones para pararlo. Es una forma original de no parar la acción para contarte lo que hace el resto, porque siempre la estas viendo.
El otro punto a comentar es el villano principal, a todo el mundo le da igual ese villano. Al director, al guionista, al del catering, incluso podría llegar a creerme que Nick Nolte se colaba en el rodaje y nadie se atrevía a decirle nada. Le dejaban estar. Es que sus escenas poco aportan, más que un padre es un detonador, cada vez que la trama necesita un empujón aparece Nolte para dar un paso más. Llegamos al final y se enfrentan porque a Nolte le da la gana. Banner solo quiere morir o que lo contengan porque sabe o teme que Hulk no tenga cura, llega su padre y le dice que quiere todo su poder. Y ya tenemos clímax, una nube contra un borrón verde. Es muy perezoso, incluso con todas esas imágenes apareciendo en el lago como si Nolte estuviera absorbiendo la psique de Banner junto al poder de Hulk.
Sin duda me gusta más el final verdadero, con Banner en Brasil tratando de ayudar a todos y diciéndole a los mercenarios que no le toquen la moral. Habría sido un gran final, quitas el enfrentamiento contra el hombre absorbente y dejas a Ross en una sala del congreso diciendo que Hulk ha huido y no saben donde está, con el estilo que tenía el resto de la película no habría desentonado.
Un último apunte antes de despedirme, me resulta curioso que los efectos de Hulk sean más creíbles con luz directa o con el sol de cara que de noche. Suele ocurrir justo lo contrario, pero su primera transformación es mucho más de cartón piedra comparada con su escena por el desierto.
Dicho esto, os dejo queridos lectores, nos vemos en la próxima aventura del grandullón.
Aquí podéis haceros con ella si aun no la tenéis en vuestra biblioteca.