Matar es bien y se esta haciendo poco, pero a veces tenemos que contenernos. La muerte es un paso que nunca hay que tomar en falso. La muerte de un personaje de tu novela puede darle una nueva vuelta de tuerca a toda la fuerza emocional, o romperla y perder al lector de regalo.

Escribo estas líneas por la manía que esta cogiendo los seguidores de Marvel pidiendo la muerte de un personaje como si eso significara que la historia será mejor automáticamente. Una muerte no mejora una mala historia, es más, si esta mal enfocada puede cargarse una buena historia.

Matar a alguien en tu novela puede ser seductor por la potencia dramática que tiene el acto en si, pero tienes que pensar muy bien lo que estas a punto de hacer. Vas a matar a alguien, eso es un punto de inflexión en la narración. No se trata de matar un lemming cualquiera o al soldado random dos mil quinientos cuarenta y tres. Lo que vas a hacer es asesinar a un personaje al que hemos visto y hemos conocido, sea principal o secundario vas a afectar al lector con esa muerte y al resto de los personajes.

Ese acto debe tener una trascendencia muy bien medida y que afecte a todos. Sea poco o mucho dependerá de cada personaje pero no puedes matar a un personaje y a las dos páginas olvidarte del golpe emocional que supone dicha muerte (Man of Steel).

Pero estoy entrando en el tema demasiado rápido. Esta entrada tiene una función similar a la de los triángulos amorosos, matar a un personaje puede ser muy mala idea si lo único que te empuja a hacerlo es que queda bien o lo hace más adulto. En realidad la mayoría de decisiones que se toman porque si, porque queda bien o porque le da un aire más adulto acaban destruyendo grandes ideas.

¿Por qué vas a matarlo? Para que afecte y sea un buen golpe dramático. Déjalo tullido, destrozarlo mentalmente o herido de muerte. Tiene la misma fuerza o incluso más y el personaje no desaparece. Para equilibrar las cosas pondré de ejemplo a Meyer y The Host (Una gran mejora en mi opinión después de Crepúsculo) de entrada el triángulo amoroso me parece mucho mejor llevado y más interesante que en cualquier otra historia; pero lo importante es la muerte. Aquí un personaje es herido de gravedad y en la situación de la historia ese corte es mortal porque se infecta.

Podría haber muerto, pero para mi eso habría destrozado el momento (Además de haber cambiado por completo el tercio final). Nos hemos preocupado por que se recuperase, sufriendo con los personajes por estar en ese filo de la navaja. Tiene una fuerza que se habría perdido si Meyer para ser más adulta lo hubiera matado.

Creo que aprendió la lección de arrancarle la cabeza a un personaje interesante en Eclipse ¿Por qué matar a ese personaje de esa forma tan brutal cuando no tiene culpa de nada? Nos da una escusa barata, los Vulturis no lo permiten ¿Por qué? Bella lleva tres libros enteros sabiendo de los vampiros y nadie dice nada y le dan todo el tiempo del mundo. Pero a ese personaje lo matamos con frialdad y nos olvidamos a la página siguiente. Bravo.  Siento no ser más especifico pero no recuerdo el nombre y no quiero inventármelo pero fijaos si tenía potencial que Meyer le publico un libro pequeñito sobre su tiempos de vampiro.

Es este tipo de contratiempos los que se podrían evitar pensando un poco a largo plazo antes de matar a un personaje. Por muy secundario que sea un personaje puede tener potencial oculto para llevar sobre sus hombros un buen puñado de aventuras. Esto no suele suceder así, hay personajes que pasan sin pena ni gloria, pero antes de cortarle la cabeza miremos un poco en ella a ver si oculta algo interesante. En el caso de Meyer era una vampira recién convertida que aun tenía todo un mundo por descubrir, en vuestras historias podríais estar matando a vuestro Gurgi particular y quedándoos de paso sin un giro de guión perfecto por haberlo matado.

O tal vez no, tal vez está mejor muerto. Pero que esa muerte tenga un peso, no matéis por matar para conseguir un drama que de otra forma no podríais construir. Evaluar las repercusiones a corto, medio y largo plazo para la situación y para todos vuestros personajes la muerte de ese personaje. Si, parece mucho trabajo pero si es un don nadie que pasaba por allí y es carne de cañón veréis que no es un esfuerzo tan grande o incluso podéis descubrir un giro de tuerca al hacer que esa muerte insignificante perturbe a uno de vuestros personajes haciendo que se obsesione con él y empiece a estudiar toda su vida hasta terminar considerándole un hermano.

Lo que quiero decir con esta reflexión es que matar no es una herramienta más, es una caja de Pandora. Abrirla y de allí saldrán monstruos grotescos y plagas indecibles (Falta de empatia, desconexión con el lector, lecturas abandonadas)  que deberéis combatir con todas vuestras fuerzas haciendo que la muerte la precedan traumas, discusiones, personajes hundidos, otros cambiados, atormentados, héroes que se vuelven villanos, villanos que se vuelven héroes. Usar esa muerte como punto de inflexión para uno o todos los personajes. Usarlo como lo usa Rowling en la muerte de Sirius, para asesinar toda figura paterna que tenga Harry y aislarlo, para destrozarlo emocionalmente y que su resurrección al enfrentarse a Voldemort en el Ministerio tenga una fuerza inimaginable.

Recordadlo de esta forma, una muerte es como una bala atravesando un cristal, puede que el orificio que cause sea minúsculo, pero la red de grietas que ocasiona ocupa toda la ventana. Una muerte es igual, puede ser pequeña pero desencadenará toda una serie de acontecimientos tras de ella. Sean pequeños o grandes esa aglomeración de reacciones existe.