Los cazadores de Yharnam pueden ser la única salvación de la ciudad, pero no por ello son los héroes de la historia. Siempre están en el filo de la navaja, temidos, odiados y combatidos por las bestias e incluso por los propios ciudadanos que nos consideran parte del problema pues a pesar de nuestros esfuerzos la plaga sigue avanzando.

Pero esta lucha, que ya tiene muchos frentes que atender, cuanta con otra más. La lucha contra la bestia.

Recordemos la primera escena del juego, tras firmar nuestro contrato, somos sometidos a una transfusión para salvarnos de la enfermedad. Esto lo doy por sentado pues no habría otro motivo para que un extranjero viajará hasta Yharnam y recibiera la sangre sanadora, un curioso no se arriesgaría a los peligros de la sangre. Por ello creo que la transfusión es para salvarnos, pero ocurre algo. Algo a lo que todos deben enfrentarse, una prueba de fuego.

Nos enfrentamos a la sangre y a nuestra propia naturaleza. Nada más entrar en contacto con la sangre de Yharnam vemos un lobo surgir de un charco de sangre, acechando nuestra camilla, a punto de darnos un zarpazo y matarnos. En ese momento el fuego lo consume y los mensajeros te cubren, casi como si te protegieran.

Escuchamos una voz que habla de que han encontrado a otro cazador. Y despertamos en la clínica Iosefka, en la misma camilla que hemos visto. No hay rastro del lobo.

¿Por qué? Pues en mi opinión es porque se trata de una prueba, la sangre de Yharnam puede hacer varias cosas, sanarte, convertirte en bestia o en cazador. El lobo que vemos no es real, es una encarnación mental de lo que tenemos que enfrentar en nuestro interior, y los mensajeros son otra parte de la sangre que reacciona con nosotros creando a un cazador en el proceso: una persona más ágil, fuerte, de reflejos rápidos y capaces de enfrentarnos a la plaga.

Digamos que la sangre te puede sanar en todos los casos, el mejor de ellos solo te sana, en el punto intermedio te convierte en cazador obligándote a luchar contra las bestias y la peor es convertirte en un monstruo. Todo esto puede ocurrir por azar o por algo de nuestro interior, la verdad es que no importa demasiado.  Pero ahí esta lo importante, a estas alturas los cazadores no son más que bestias con un bozal y un objetivo, ya quedó atrás los tiempos en los que eran una fuerza pura del bien que salía cada noche por fuerza de voluntad, ahora son parte de la plaga en una guerra continua.

Si seguimos avanzando por la clínica nos encontramos con un licantropo herido que se alimenta de un cuerpo desgarrado. Ahí tenemos la confirmación a mi teoría, la clínica trata a todos los enfermos, a nosotros nos convirtió en cazador y a aquel animal lo corrompió por completo y atacó al resto de pacientes. Por eso está herido, el resto de personas de la clínica le atacaron tratando de defenderse pero no lograron sobrevivir a la bestia.

Esto le da una nueva profundidad a nuestro personaje, estamos a un paso de convertirnos en lo que combatimos, como le ocurre a Gascoigne, y a lo largo de la noche veremos que esa aseveración es demasiado real y dura. En algunas ocasiones nos veremos cometiendo actos atroces porque creemos que es nuestro deber.

Aquí el juego sabe que como jugadores actuaremos por inercia y nos enfrenta a la posibilidad de que todos nuestros actos pueden no ser tan favorables como creemos por bienintencionados que sean.

From Software se esta llevando mi mente trozo a trozo con sus obras.

Unos apuntes finales sobre los mensajeros, los canijos. En el caso del lobo es clara la alusión, su presencia es la bestia que puede controlarnos, pero ¿Y los canijos? ¿Qué son? ¿Y por qué están de nuestro lado y son los que parecen señalar, ayudar y proteger a los cazadores?

Recordemos que en Yharnam el sueño y la realidad están entrelazados, lo que uno ve y lo que sucede realmente no es siempre lo mismo y la muerte no es nunca el final. De este modo llego a la conclusión de que los canijos son otros cazadores, los primeros cazadores que perecieron una y otra vez hasta que la sangre dejo de salvarlos. No pudieron volver a despertar y quedaron atrapados en un limbo consumiéndose hasta tornarse en los canijos, seres capaces de moverse entre el sueño y la realidad para darnos información, apoyó y la capacidad de volver al sueño del cazador.

Son cazadores que bien por deber bien por interés nos ayudan. Tal vez quieren destruir la plaga porque era su deber o por considerarla la única cadena que los mantiene en ese limbo en el que no son más que figuras pequeñas y deformes.

Los canijos esperan que la caza llegue a su fin y puedan despertar.

Aquí podéis haceros con él si aun no lo tenéis en vuestra biblioteca.

Bloodborne – Game Of The Year Edition