Si hace un tiempo hablaba de la escala de grises como una de las virtudes de Warcraft y Avatar. La Leyenda de Aang, en esta película esa característica se magnifica y se convierte en el mejor exponente. Aquí no hay villanos, punto. Todos tienen sus lados buenos y sus lados malos, lo único que les diferencia es su forma de afrontar la vida y enfrentarse a los problemas que lanza el mundo. Puedes entender a un personaje o no entenderlo pero serías injusto si lo tachases de villano pues solo hacen lo que creen correcto para conseguir sus objetivos.
El que resulta mejor parado de cara al público es nuestro protagonista, Ashitaka, pero eso no implica que la historia no le recrimine su pasividad en determinados momentos. Ya que estoy con Ashitaka, empecemos con él este artículo. Ashitaka es un principe de un pueblo en claro declive que se ha mantenido secreto durante los últimos quinientos años tras ser (o intentar) asesinados por orden del emperador. Son un pueblo muy viejo a los que el aislamiento les ha ido arrancando poco a poco toda su fuerza, pero mantienen toda la voluntad y las tradiciones. Es muy importante la cultura de este pueblo para el resto de la historia pues son una sociedad en contaste contacto con la naturaleza.
La casa mayor esta apoyada en la montaña, con una de sus paredes desnuda pues es la propia montaña, una forma de estar siempre en contacto con la naturaleza. Todo nos indica que son una sociedad afable que evita la confrontación a todo nivel. Incluso sus monturas son alces rojos que se montan porque el Alce lo permite. Y Ashitaka, a pesar de ser un príncipe, respeta este amor por la naturaleza y lo siente en cada acto.
Recordemos su enfrentamiento con Nago convertido en demonio. No trata de enfrentarse a él, quiere que siga su camino y que deje el poblado. Todos sus actos son reactivos a la acción. Persigue a Nago, le suplica que se marche y siga su camino. No utiliza la violencia para ahuyentar al demonio, quiere que se vaya en paz porque Ashitaka lo considera parte del mundo y por tanto sería una crueldad atacarlo. Al final lo mata con sus flechas para evitar que termine arrasando su hogar.
Este acto le costará muy caro a Ashitaka que es maldecido por Nago, y sus gusanos de odio, antes de morir. Aun con todo, el príncipe no le guarda rencor al dios Jabalí le desea que parta en paz y sin ira en su corazón. La anciana de la aldea hace lo mismo. No son personas malvadas o que guarden resentimiento, saben que siempre hay más de lo que uno ve y no se aceleran a la hora de emitir juicios. Despiden pidiendo perdón al gran Nago aunque este no acepte la disculpa y muera con una maldición.
Ya en este prologo vemos la nobleza de Ashitaka y los suyos, y su humildad a la hora de aceptar la muerte y marcharse de su hogar para no extender su dolencia al resto. Se aleja de su pueblo rumbo al origen de Nago. Va en busca del origen de todo ese odio concentrado en una bola de hierro macizo que había corrompido el interior de Nago hasta matarlo.
Estos minutos de presentación son esenciales para entender el comportamiento de Ashitaka en el resto de la película. Le dejan claro que debe emprender su viaje sin odio e ira, que vea más allá. Esta frase le lleva al oeste en busca de la verdad más allá de prejuicios.
En este viaje se encuentra con los samurais que están atacando un pueblo y tenemos la primera prueba de que la violencia engendra violencia. Ashitaka trata de detenerlos y usando su arco apunta a la katana del samurai para salvar a una mujer, y en lugar de impedir el golpe le arranca los brazos al samurai.
La película no se corta a la hora de representar la violencia, y tiene su razón de peso. Aquí no vamos a ver una violencia bella, no tendremos esas coreografías implacables que nos enamoran. Tenemos gente desmembrada, dolor y sufrimiento porque la vida no entiende de esa estética. La realidad es una violencia implacable y por eso la película no escatima a la hora de representarla.
También es un mensaje claro, si al final usas el odio, aunque sea por una buena causa, vas a acabar causando algo mucho peor de lo que tratabas de evitar. Así Ashitaka ve como la maldición le otorga una fuerza que decapita y desmiembra a los samurais aunque su intención original fuera la de alejarlos y desarmarlos.
Esto le enseña una valiosa lección a Ashitaka para que mantenga como último recurso la ofensiva.
Más tarde Ashitaka tendrá un momento que yo considero reconfortante. Ve un pueblo arrasado y muertos, cubierto por los escombros. No sé nos dice claramente, pero se insinúa que Nago paso por allí. Lo veo como una forma de decirle a Ashitaka que hizo bien matando al demonio para evitar esas muertes, aunque la recompensa fuera una maldición.
En este punto nos separamos un momento de nuestro príncipe para conocer a dos personajes clave: Mononoke y Lady Eboshi. Son esenciales en la historia, cada una como paladín de su causa. Moro puede ser el dios lobo (Diosa en la versión anglosajona y española), pero es Mononoke la que lleva la carga de la lucha. Eboshi por su parte es la líder de su ciudad, esta al cargo de todo y se enfrenta a dioses con tal de mantenerlo a salvo.
Eboshi en este punto se nos presenta como una persona fría y calculadora. Dispara a Moro, prepara las defensas rápida y eficientemente en medio de una tormenta y cuando pasa el peligro se marcha abandonando a los heridos que han caído a la garganta. Ese acto tan despiadado de dejar atrás a los tuyos esta puesto a traición para que la veamos como una villana.
Necesitamos un malo, no podemos concebir que una historia así no tenga un villano. El problema es que Eboshi continua su marcha sin mirar atrás porque no le queda más remedio. Acepta esas perdidas porque si se detiene a salvarlos (Si es que siguen vivos) puede caer en un nuevo ataque. Ha conseguido tiempo y lo utiliza de la forma más sabia para mantener vivos al resto.
Luego se nos confirma que Eboshi no es malvada, cuida de las mujeres, les da un hogar y un trabajo. Es la única que se ha acercado a los enfermos para tratarlos como personas. Puede que sea ambiciosa pero no deja de tener buenas intenciones. Incluso cuando hiere a Nago convirtiéndole en el monstruo furibundo que maldecirá más tarde a Ashitaka se comporta como una líder que busca el bien de su pueblo por encima de cualquier cosa.
Despiadada en sus métodos y demasiado ambiciosa pero no malvada. Usa métodos equivocados. Lo mismo ocurre con Mononoke. Fijaos en todos sus ataques ¿Hacia quién están dirigidos? ¿A los trabajadores? No. Van directos a por Eboshi, quieren matarla a ella creyendo que así los humanos y el bosque podrán volver al equilibrio. De nuevo tenemos buenas intenciones pero usando herramientas equivocadas.
Incluso los monos que pueden parecer los más extraños solo quieren devolver la vida al bosque y están enloqueciendo por no ser capaces de hacerlo y les lleva a querer probar con medidas desesperadas como comerse el corazón de un humano para obtener su fuerza. Han sido criaturas del bien que se han visto superadas por la situación.
Así con todos, uno tras otro. Jigo es solo un enviado del emperador. Cumple ordenes sin importarle las consecuencias de sus actos. Podría parecer malvado, pero en su contexto el Emperador es más Dios que el propio señor del bosque, una orden suya pesa más que cualquier otra cosa. Okkoto, el último gran dios jabalí a pesar de marchar a la guerra perdona a Ashitaka por matar a Nago. Hasta le da las gracias por librarle de la maldición.
Es un líder noble que cae ante la maldición y casi acaba convertido en otro Nago. Moro, lo mismo, el dios lobo solo protege su territorio. Un dios vengativo nunca habría acogido a Mononoke como una hija suya.
En cuanto al dios del bosque. Es un dios, no podemos entender sus motivos para hacer nada. Salva a Ashitaka, mata a Okkoto. Tenemos retazos de porque decide hacer cada cosa y elucubrar, pero no se puede aplicar las leyes de bien y mal en él porque está por encima del resto. Es un dios del a vida y la muerte.
Es lo maravilloso de esta obra, encuentras mil opiniones y todas ellas con su carga cierta. No es extraño que me guste tanto esta película porque me envía en un viaje de descubrimiento a lo largo de dos horas largas y al llegar al final te sientes liberado, como si vivieses la odisea de Ashitaka y al final notas como la maldición desaparece. Has entendido el mensaje y ves un nuevo mundo ante ti.
Y esto es solo una parte de sus muchas virtudes. No he hablado de como Ashitaka decide usar la maldición a pesar de que eso le acortará la vida con tal de salvar a Mononoke y Eboshi. Ni como se sacrifica para devolver la cabeza al caminante nocturno, porque para él eso es el final, él muere pero el resto vive. Ni de la sutil degradación de los dioses, como se nota que cada vez son más animales dando a entender que con el tiempo los dioses dejarán de existir y se convertirán en simples bestias que corretean por el mundo. Ni la importancia de los Kodamas en el bosque como señal de vida y salud.
Los Kodamas parecen seres siniestros y aterradores, pero son niños. Hijos del bosque que pueden ayudar si les dejas. Verlos implica estar en sintonia con un lugar cargado de vida. Por eso reconforta tanto ver como unos cuantos van surgiendo al final de la película, como diciendo: Si, el bosque ha sufrido y casi ha muerto, pero puede recuperarse si lo ayudamos.
Los honores que le hayan dado a esta cinta me parecerán siempre pocos por la importancia que tiene para mi. No solo por su mensaje, que al contrario de las versiones americanas dónde machacan un ecologismo barato, trata con respeto al público y al mensaje. No te dice que haces algo mal, te dice como hacerlo bien. Tratar con respeto a la naturaleza, saber que puede existir un equilibrio entre lo que tú necesitas y lo que ella necesita. Aunar tecnología y entorno natural en uno solo para convivir.
En última instancia la película trata sobre eso, aprender a convivir con nosotros mismos y con los demás. Y lo hace sin que te des cuenta, con una historia épica de dioses, maldiciones, princesas y samurais.
Pura belleza. No se puede decir más que eso.
Mononoke Hime es arte puro.
Aquí podéis haceros con ella si aun no la tenéis en vuestra biblioteca.
Me ha encantado tu comentario y me han dado ganas de verla otra vez. Me he dado cuenta además que la vi hace ya bastante tiempo y no la recordaba tan bien como quisiera
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias 😀 Es una de esas pocas películas que a más la ves, más le sacas
Me gustaMe gusta