El famoso ladrón Lupin es atraído al país Cagliostro tras encontrarse en el robo a un casino con miles de billetes falsos casi perfectos. Una vez allí se verá atraído sin remedio a rescatar a una princesa de un malvado conde y si puede llevarse algo de valor en el proceso, pues mejor.

Aventura, diversión y una trama y personajes que te atrapan desde el minuto cero.  Nada más empezar la película Lupin ya se nos ha metido en el bolsillo. Un ladrón de guante blanco que parece anticiparse a todo y da los golpes para probar sus habilidades más que para hacerse rico.

La animación es preciosa y fluida. Solo los fondos son dignos de quedarse uno mirándolos durante horas, en especial los castillos, el de la familia Real cubierta de musgo y medio comida por la vegetación y el propio castillo del Conde Cagliostro, un bastión inexpugnable al que muchos han entrado pero solo uno ha llegado a salir y a un alto coste.

La historia parece simple: el héroe que quiere rescatar a la princesa. Sin embargo por encima de esta trama tenemos otras muy interesantes. El Conde queriéndose hacer con la fortuna familiar, el policía que quiere atrapar a Lupin, un segundo ladrón que pulula por el castillo y aun queda otra trama digna de un thriller político que implica los billetes falsificados que dan inicio a la trama.

Me ha dejado con ganas de saber más de Lupin III y sus aventuras. Quiero conocer más a sus personajes pues todos son simpáticos y agradables.

La animación también me ha parecido increíble. En un momento me recuerda a los viejos cortos de Disney y la Warner y al siguiente es una acción desenfrenada que no duda un segundo en ser cruenta si debe serla. Miyazaki ha dicho muchas veces que la violencia y la sangre si tienen un propósito narrativo no deben de ser ocultadas y aquí lo da todo. Tenemos una escena dónde vemos cientos de cadáveres de diferentes épocas, y una de las muertes es cruel a más no poder. Ninguno de estos elementos desentona con el resto del tono desenfadado y aventurero de la película. Todo esta muy bien cuidado para que no se peguen los gags visuales, la acción y los momentos dramáticos y tétricos.

Podría decir que la trama en lo referente a la princesa es sosa y repetida hasta la saciedad, un interés romántico a rescatar pero no deja de ser un cuento clásico, además Lupin nos da una resolución bonita. Incluso me sorprendió un poco por dónde atajaron el romance y eso me encanta.

Es una maravilla simple y llanamente.

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