Estamos a una semana de entrar en noviembre (y que me quiten las muelas del juicio ya de paso) y el undécimo mes llega con el evento del NaNoWriMo, el mes dedicado a escribir una novela de 50.000 palabras. Una forma de animarte a dejar de lado las escusas y ponerte delante de la maquina de escribir de 1922, de la pluma y la tinta o del ordenador y vomitar una palabra tras otra hasta llegar a esas ansiadas 50.000 palabras.
En mi caso es el momento perfecto pues tengo la mala costumbre de postergar el momento de escribir. Siempre queda de lado en pro de: vamos a diseñar a este personaje, vamos a cambiar este elemento, vamos a añadir doce mil años de historia, vamos a hacer escaletas de relatos relacionados. Todo lo que se me ocurra es una buena forma de no ponerme a escribir.
No es la primera vez que lo intento, al entrar en la página de NaNoWriMo vi que en 2015 falle miserablemente. Pero ha sido agradable descubrir como ha cambiado el proyecto hasta lo que es hoy.
Ojo. No se trata de escribir una novela. Se trata de escribir, escribir sin parar ni pensar. No podemos detenernos a editar, corregir y cambiar cosas a la mitad porque no va de eso. Lo importante es tener el primer borrador en las manos. Da igual que sea un zarzal inconexo, tiene que ser la idea primordial. Cuándo llegue el 1 de diciembre tendrás en tus manos un precioso esqueleto y la tarea de darle vida al estilo Frankenstein. Añade, recorta, pule y electrifica para hacer que ese montón de huesos se levante como un precioso libro listo para tus lectores cero.
Esto lo comento para que no te sientas mal por los errores, ni pienses en esa escena que pudiste haber escrito mejor (Apunta en un post-it la idea de todas formas no se vaya a olvidar) porque te hará perder el rumbo. Tú (y yo) dedícate a pulsar teclas sin parar.
Para lograr que el ritmo no pare existen varios métodos. En mi opinión, dada mi experiencia previa, lo mejor es que dediques octubre a la escaleta de lo que quieres escribir. Una escaleta completa con sus escenas, personajes más importantes, puntos de inflexión, etc. De esta forma evitaras quedarte en blanco o bloqueado. Puede que una escena se te atragante un día, con una escaleta bien preparada podrás saltar a otro capítulo más atractivo, escribirlo y volver otro día a terminar el que te daba problemas.
Mi experiencia se basa en:
- El NaNo de 2015 lo hice con una escaleta de medio folio, un resumen más que otra cosa y acabe estancado.
- Al preparar el Cachava y Boina de Ediciones Cerbero preparé una escaleta completa con capítulos y escenas que quería. El resultado fue que a la hora de escribir avanzaba sin parar. Un día me apetecía escribir una escena, lo hacía sin preocuparme que no hubiera hecho lo previo. Concluí el relato en poco tiempo.
Esto no quiere decir que la brújula no funcione, es tan valido como cualquier otro, pero te arriesgas a entrar en una mina de hierro y que la aguja no pare de girar sin decirte a donde ir.
Sin más os presento mi proyecto y mi usuario por si queréis añadirme y ver como fracaso (o triunfo).
Tres años detrás de esta historia. Tengo la esperanza de que en 2018 este terminada y lista para encontrar una editorial que la mime.
Os hablaría un poco de ella, pero estoy rehaciendo la escaleta así que a lo mejor cambia un poco así que reservo hablar de El Ojo de Dagon para los primeros días de diciembre. Así sabréis si triunfe o me di contra el fondo de un pozo del que no saldré hasta el año que viene.
Si os contaré una anécdota divertida. El universo en el que se desarrolla esta historia surgió de un fanfiction. Estaba creando un Worldbuilding tan ajeno al material original que me di por vencido y cancele la historia. Si, lo tiré todo sin más porque no sabía como aprovecharlo. Hasta que llegó un sueño de una pareja, un pozo y una esfera de ámbar. El universo que había creado explotó en aquel sueño y surgieron Clara del Pozo y Roberto Vela.
Desde ese sueño El Ojo de Dagon comenzó a hacerse y deshacerse como un tapiz que va cambiando de hilos a medida que evolucionaba.
Y este noviembre deseo darles por fin las páginas que necesitan para vivir más allá de mi. Deseadme suerte.
Yo os deseo toda la suerte del mundo para que acabéis vuestros proyectos.