Megamind es un supervillano hecho a sí mismo tras una vida en prisión. Lucha en épicas batallas contra su nemesis: Metroman. Todo cambia el día que Megamind consigue matar a Metroman en un golpe de suerte. En una ciudad sin héroes que la defienda, el villano consigue todo lo que siempre ha querido, pero entonces llega un vacío existencial. ¿Qué hace un villano sin héroes a los que enfrentarse?
Lastima de película. Salió el mismo año que Gru, es más esta era la idea original y Gru era la copia sin embargo Universal logró sacar antes su versión y arrasó.
Megamind juega en el mismo terreno pero en distinta liga, una menos cómica y más seria en una suerte de Increibles versión malvada. Puede que sea uno de los motivos por los que no acabase de cuajar pues, aunque tiene mucha comedia, se enfoca más en el drama y los diálogos.
Diálogos que muchas veces son lo mejor de la película, la cena en el restaurante me parece maravillosa como se va desarrollando hasta que llegan a la calle bajo la lluvia es de mis momentos favoritos.
En la superficie es la historia de siempre de que conseguir lo que se desea puede traerte desgracias, la historia del rey Midas. Pero también trata sobre conocerse a uno mismo, aceptarte y evolucionar. Megamind es un villano porque se ha convencido de serlo pero no deja de buscar siempre un duelo con alguien más poderoso que él hasta conseguir derrotarlo. Su determinación es admirable, da igual las veces que pierda siempre lo vuelve a intentar.
Las partes más importantes de la película tratan sobre esto, Megamind descubriendo que lo que le gusta no es el mal por el mal, ni ser el villano, lo que le gustaba era el enfrentamiento y la preparación. Por eso busca un sustituto para Metroman, porque es incapaz de vivir en un mundo que no le aporta un reto real. Y en el fondo creo que también buscaba algo de reconocimiento, esas batallas con Metroman eran la forma de demostrar al mundo que existía.
Tiene unas escenas de acción divertidas y espectaculares, las entradas de Megamind son dignas de enmarcarlas como las mejores entradas de un villano. La forma de aparecer al final de la película es una de mis partes favoritas.
La calidad de la animación es impecable como todo lo que hace Dreamworks a nivel de animación. Puede que no lleguen al nivel de Pixar, pero hay algo con lo que se coronan siempre: El movimiento.
Dreamworks tiene una forma de transmitir el movimiento y el peso del mundo que asombra. Los vuelos en Como entrenar a tu dragón; las peleas de Kung Fu Panda; las persecuciones de Megamind. Todas tienen una forma de representar el movimiento que es imposible dejar de mirarlo.
Por último comentaría la relación amorosa, me gusta como evoluciona, las conversaciones entre la periodista y el malo. Son los mejores momentos de la película, y es una pena que ella no tenga más peso o que también le hubieran dado un giro de tuerca pues llega el final y sigue siendo la dama en apuros, habría molado que hubiera acabado con poderes o salvando a Megamind. Es un punto negativo que le veo que podrían haber solucionado con facilidad, pero optaron por un clímax clásico.
Si no la habéis visto y os gustó Los Increíbles, la recomiendo como un experimento similar aunque más típico.
Muy buen post! Quizá te guste alguno de mi blog. Un saludo
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Y un punto fantabuloso de esta película, y que no se suele resaltar lo suficiente, es el verdadero villano. El malo es un «nice guy». Un baboso que iba que bueno y simpático, pero sólo lo hacía para ligarse a la chica (en sus propias palabras), y porque no tenía la posibilidad de hacer otra cosa al ser un pringado. Cuando esta lo rechaza muestra su verdadera personalidad de capullo que no puede asumir un «no» y monta en cólera y decide ser un villano de la pero calaña y aprovecharse de sus nuevos privilegios. O sea, es la ejemplificación de esos que critican a los «chicos malotes», como Megamind, presentándose como la perfecta elección para las mujeres porque ellos sí son buenos y dulces y las tratan como se merecen; pero en realidad es su «táctica de ligue» al no saber actuar de otra manera y, al sufrir rechazo, resultan ser los peores. Es como una decostrucción de ese tópico machista de la friendzone de que las mujeres se quedan con los malos por ser tontas y tratan mal a los buenos: la película te dice a la cara que las mujeres pueden elegir a quien les de la gana y que lo hacen, bueno, porque son personas y les puede gustar alguien una vez que lo conocen, no por su físico o porque sea bueno con ellas; que eso de «malotes» o «no te gusto porque no tengo X físico» es la victimización de los que no pueden asumir un rechazo, que en el fondo son los verdaderos malos por ser rastreros y manipuladores. Porque por eso ella al final queda con Megamind y dice claro que nunca le gustó Metroman, que eso sólo lo pensaba la gente porque la salvaba, como si eso significara que sólo se puede ayudar a las mujeres para que sean tu pareja (o sea, de forma interesada, que era la visión del villano); se queda con él porque se conocen y se dan cuenta de que se gustan. Fin.
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