Dean Corso es un buscador de libros sin escrúpulos, un mercenario cuya lealtad lleva una etiqueta con el precio. El indicado para la misión que tiene Boris Balkan: Investigar los tres ejemplares de Las Nueve Puertas del Reino de las Sombras de Aristide Torchia. Torchia es un autor renacentista que acabo en la hoguera precisamente por escribir Las Nueve Puertas, un libro ocultista que explica los pasos necesarios para contactar con Lucifer.

Corso se lanzará en esta investigación motivado por un cheque, pero pronto verá que el dinero no es suficiente para los peligros a los que se expondrá. Perseguido por Europa, encontrándose cadáveres al paso de su investigación y con el misterio de Las Nueve Puertas arrastrándolo poco a poco hacía un mundo secreto y peligroso.

Esto podría haber sido una buena película y acaba siendo un tanto desastrosa. No es mala, pero si muy irregular con fallos muy estúpidos. Es una película de finales de los noventa, principios del nuevo milenio y sin embargo parece tener treinta años a sus espaldas.

La fotografía es muy barata, parece salida de una película de Antena 3 por la tarde, con un tacto rugoso horrible y efectos digitales dignos de crear ceguera selectiva. Me quede ciego viendo algunos fondos verdes. En el caso de Nueva York entiendo que tengan que tirar de pantalla verde para que no detengan al director, pero hay otras que dan auténtica pena. Si no puedes hacer un primer plano sobre una moto sin que se note el croma, no lo hagas. Y menos si vas a mantener la escena un minuto viendo un casco con reflejos mal hechos y a Johnny Depp detrás sufriendo por no desaparecer en un croma horrible.

No parece algo digno a nivel técnico del director que un par de años después se planto con El Pianista.

Entended que no la considero un mal producto por eso, veo películas y las disfruto con una calidad técnica muy inferior (King Kong versus Godzilla), es solo un clavo más en el ataúd de algo con mucho potencial tirado a la basura por fallos tontos.

El misterio es muy bueno, todo lo que envuelve a la investigación de Corso y sus indagaciones en el pasado de Las Nueve Puertas, los personajes que va conociendo y los nuevos datos que vamos obteniendo. Todo esta muy bien medido para hacernos la boca agua, pero lo desaprovecha. Personajes como los hermanos Ceniza o la Baronesa Kessler tendrían que tener un peso mayor o más presencia, pues son los más interesantes.

Casi todos los personajes aparecen, dan su parte de información y se van, y es una lástima. Es una adaptación, adapta, reduce a menos personajes si hace falta pero que tengan más presencia.

Incluso el personaje de Corso tiene una evolución de última hora demasiado apresurada. Comprendo como llega allí pero siento que se han saltado un trozo de explicación, como si estuvieran montando y se dieran cuenta que falta el paso entre A y C y dijeron, pues lo hizo un mago.

Ojo, que el final tiene sentido. Si me permitís un pequeño destripe, al final Balkan recita los acertijos de los dibujos de Las Nueve Puertas y te das cuenta (si estás atento) que el viaje que debes hacer para contactar con Lucifer es el que ha hecho Corso a lo largo de la película. Eso es bueno, pero se enturbia porque si, ha hecho el viaje ¿Pero qué le lleva a completarlo? El personaje no cree en ello y no da muestras de interés hasta los últimos cinco minutos.

Son cosas que salen de la nada porque debe pasar C pero solo hemos explicado A.

Otro problema que tengo es La Chica. Dado como está hecha la película habría reducido al mínimo sus acciones sobrenaturales. Las escenas dónde flota y le brillan los ojos las eliminaría. Quedaría muchísimo mejor, el personaje aparecería aquí y allá de la nada, lucharía como si fuera increíblemente fuerte pero luego no aparenta pesar nada. Eso es suficiente para que nos escame su presencia, sería más sutil, más a las elucubraciones del espectador. Y nos ahorraríamos auténticos despropósitos como la escena de sexo (La segunda).

Es una lástima porque la película tiene la base para ser un gran misterio que nos destroce la cabeza, pero no sabe tratar los elementos sobrenaturales. O te metes de lleno o los bordeas con sutileza, quedarse a dos aguas sin saber si todo es obra de locos o de Satanás, o de Dios o de un Reptiliano, gracia no hace.

Personajes desaprovechados o echados a perder como Balkan, un protagonista que evoluciona de manera erratica y un final que tiene sentido y al mismo tiempo esta sacado de la manga. Un poco desastre.

Y eso que no he hablado de la tortura continua que ha sido ver libros con trescientos, cuatrocientos y quinientos años siendo maltratados, fumando al lado, abriéndolos y ojeandolos como si fueran libros de bolsillo comprados en Alcampo al peso.  Pasan media película con un libro de trescientos años en una mochila, llevando un Quijote de Ibarra como si fuera chope. Es doloroso, no me tomo en serio a Corso si se pone a beber y fumar delante de algo que podría desintegrarse al mínimo estornudo.

No es que en la película sean memos, la segunda biblioteca que vemos esta aislada y en un vacío, y el personaje de Balkan lleva su ejemplar de las Nueve Puertas envuelto en plástico. A partir de ahí, ni uno. Se les olvida que tratan con libros con siglos de vida a sus espaldas. Esto es bastante bochornoso, dudo que Reverte cometiera semejante error en el libro, y si querían mostrar un personaje obsesivo existen otros métodos, que masque chicles de nicotina de manera neurótica.

Demasiados fallos como para recomendarla y aun así creo que merece verse alguna vez por la mitología que monta a su alrededor, aunque imagino que para eso es mejor leer El Club Dumas.