Kyosuke es un joven estudiante sin ninguna aspiración en la vida salvo estar tranquilo y feliz. Su anodina existencia es la causa de su relación glacial con su hermana pequeña Kirino, la cual es la mejor en todo lo que se propone: Estudios, deporte, trabajo.
Esto cambiará el día que Kyo se encuentre en el recibidor un extraño juego, un eroge (Novela Visual Hentai) sobre hermanas pequeñas. Así descubre por accidente la afición de su hermana hacía el mundo del anime y el manga, en especial los juegos de hermanas pequeñas, siendo una otaku.
Así Kyo se ve absorbido por la afición de su hermana que de pronto encuentra a alguien con quien compartir un gusto que ha tenido que mantener en completo secreto por temor a su padre. Ahora Kyo deberá ayudarla a encontrar amigas con sus mismos gustos al mismo tiempo que evita que el resto se entere de dicha afición.
Vamos a zanjar lo importante, al igual que ha ocurrido con Sword Art Online, el anime es mejor o al menos no cortan de golpe y allá te las apañes hasta que salga la segunda parte. No me apetece ni pensar en lo que será la novela en la que se basa, viendo que lo habitual de ir recortando cosas de un medio al siguiente se entiende al contrario en japón y la mayoría de adaptaciones tiene más información que el original.
Pero estamos aquí para hablar del manga, en concreto de los cuatro tomos publicados por Ivrea en España y que contienen el primer arco de la serie, por decirlo de algún modo. Luego tratare el tema de como cierra el arco, si es que podemos considerarlo un cierre.
Por lo pronto ¿por qué no empezamos con los personajes? Kyo es un chaval con unas aspiraciones envidiables, quiere estar tranquilo y feliz, le da igual ser el mejor en esto o aquello, el quiere vivir y ya. Esto le ha llevado a ser ignorado por casi todos, eclipsado por su hermana que a grandes rasgos es Dios. Nadie normal podría hacer todo lo que hace ella de una forma tan perfecta y luego tener tiempo para ser una otaku. No hay horas en el día para hacer todo eso y dormir.
La conclusión lógica es que Kirino es dios, o algo muy similar: Inspector de hacienda que también es omnipresente y omnisciente.
Kyosuke es un protagonista normal y corriente, un chaval sin infulas que disfruta de los pequeños placeres y no busca nada más allá. Tiene una amiga inseparable, Manami, con una relación intima y especial. Kyosuke lleva tanto tiempo apegado a ella y la quiere tanto que no ha terminado de ser consciente de que ella esta enamorada de él. Todo el mundo a su alrededor se ha dado cuenta porque creen que son pareja, él único que esta un poco ciego es él. Hasta nos explica él mismo sin querer porque no lo ve, siente que Manami es como su madre o su abuela por la forma de comportarse y actuar. La ve como una figura materna porque llevan desde niños siendo amigos y ella le ha cuidado desde entonces.
¿Entonces la trama esta en esa relación? Pues no.
Kyosuke además tiene a Kirino, su hermana pequeña, que resumiendo parece odiarle solo por existir en el mismo plano que ella. Un día Kyo se entera de que Kirino es una otaku obsesionada con los juegos de hermanitas y acaba siendo la válvula de escape para Kirino. Por lo visto este tipo de aficiones esta muy mal visto en la cultura japonesa, o eso deja entrever el autor (Que bien puede ser rencor porque sus padres le prohibían consumir estos productos de Japón me creo todo dos veces), y para una estudiante como Kirino, podría significar el final de su reputación y su vida estudiantil. Te pones en su lugar y entiendes porque Kyosuke se convierte en un faro aunque no se lleven bien, ha encontrado alguien que conoce su secreto y que no la juzga.
Me encanta cuándo Kyo descubre que Kirino tiene un armario oculto repleto de productos: Hentai, eroges, mangas, animes, figuras. Se sorprende, pero cuándo Kirino le pregunta si es raro él responde con sinceridad: Puede ser raro, pero si a ti te gusta ¿Qué importa?
Desde ese momento Kyo se convierte en el mejor hermano que puede tener nadie, jamás. No le gustan las aficiones de Kirino (No que ellas las consuma, no le gustan a él, para consumirlas él) y aun así juega todos los títulos que le da Kirino a regañadientes para que ella pueda hablar con alguien de ellos.
Le encuentra amigas a través de internet, se queda en un restaurante para cuidarla, la lleva a Akihabara. Se enfrenta a su propio padre con tal de defender a Kirimo, se lleva unos buenos golpes por ello, dos veces. La primera cuándo el padre de ambos descubre la afición de Kirimo y la segunda cuándo tiene que arreglar la relación de Kirimo con su mejor amiga. Llega al punto de gritar estar enamorado de Kirimo para que dicha amiga deje de obcecarse en su odio por las aficiones de Kirimo y le odie a él. Se convierte por propia voluntad en el objetivo de Ayase para que Kirimo no la pierda como amiga.
¿Y todo a cambio de qué? Tres simples gracias dichos en voz baja. Kirimo ni siquiera cambia de actitud hacia su hermano más allá de una simple cortesía, y aun así Kyosuke agradece de corazón el haber descubierto el secreto porque después de muchos años se esta acercando de nuevo a su hermana. Se esfuerza tanto que el resto de personajes lo ven, ven lo buen hermano que es (Claro que Kirino de esto ni se entera o se hace la sueca).
Sinceramente, me hace gracia la relación entre ambos. Es su función, es una comedia romántica en ciertos aspectos y que se lleven tan mal a pesar de los esfuerzos de Kyo es uno de los pilares de su humor, pero no deja de ser un poco doloroso ver como Kyo se enfrenta a gigantes por una persona que le trata como a un perro. No hay respuesta a todos los actos de Kyo, Kirino no hace algo similar, ni cambia de actitud salvo en contadas ocasiones. Da pena porque Kyosuke de verdad quiere a su hermana y ella o no se da cuenta o no quiere aceptar que también quiere a su hermano, como si admitirlo fuera equivalente a perder su superioridad. Hablo con la perspectiva de estos cuatro números y sin comentar lo que ocurre en el anime.
En cuánto a la parte romántica, hay dos claras aspirantes a Kyo, y una tercera si tenemos en cuenta a Kirino y ciertas escenas junto a Kyo (Pero lo dejaremos para el anime ya que aquí no queda más que para alguna broma ligera). La primera y más evidente es Manami, la mejor amiga de Kyo. En la serie ya me caía bien y aquí se repite el sentimiento, es un personaje que desearías ser amigo suyo, se preocupa de los demás, nota cuándo estas pensando algo y se le nota demasiado cuándo esta enamorada de alguien, aunque Kyo no lo note. Es muy graciosa y divertida, y da muy buenos consejos a Kyo, es una gran persona. Ambos lo son, por eso hacen una pareja tan especial, aunque Kyo no parece poder verla así, y mira que su familia lo intenta. Cuándo Kyosuke va de visita a la casa de Manami el saludo de los abuelos de ella es: ¿Ya eres mi Yerno?
Tienen una relación que parece un matrimonio, pero Kyosuke no se da cuenta y siempre da respuestas negativas a todas las insinuaciones y la pobre Manami no es capaz de echarse hacía delante y confesar que ella si quiere que esas insinuaciones sean reales. Me ha dado bastante más pena aquí, tal vez porque Kirino me ha caído bastante peor.
El problema para Manami es que Kuroneko también esta aquí. Con que poco son capaces de crear una química tan especial. Apenas son un par de gestos de Kyo y dos miradas de Kuroneko, pero es suficiente para que veamos que pueden estar juntos. Kyo agarrando las bolsas a Kuroneko para que no cargue tanto con el calor, como para de golpe a su hermana poniéndose a hablar con Kuroneko de los mangas que edita, y como casi se cogen de la mano y ella le observa con una sonrisa cargada de rubor. Y ya esta, no hay más pues Kuroneko aparece muy poco y casi siempre para estar de uñas con Kirino. Esto puedo estar viéndolo en base a lo que sé del anime, pero no puedo dejarla fuera cuándo veo tanto potencial.
Llegados a este punto tengo un problema bastante gordo y es que quiero que Kyo sea feliz porque se lo gana a pulso a base de jugársela por una hermana que no le merece, pero también quiero que Kuroneko y Manami sean felices, y esto no puedo desvincularlo de mis conocimientos, y es que ambas se enamoran de Kyo y yo no sé elegir porque implicaría hacer infeliz a la otra (Es una de las razones por la que odio el final de la serie). ¿Y si clonamos a Kyo? Nadie se dará cuenta… Y hacemos felices a ambas y yo no sufro.
Soy de lo que no hay, me gusta el género harem, tiene unos tropos que me divierten siempre y unos personajes que rara vez me disgustan. Pero al mismo tiempo sufro con todas las que no tienen oportunidades con el protagonista. Con un matiz importante, que el protagonista este decidido de manera clara. Ejemplos: Zero no Tsukaima y Rosario to Vampire. En ambos casos, más en el primero que en el segundo, esta claro con quien va a acabar el protagonista y sufro menos por el resto porque nunca hubo oportunidad, no hay falsas esperanzas. Usan el género para hacer chistes o fanservice, o para crear conflictos reales y arcos evolutivos, no para hacer sufrir a uno de los personajes por crear una tensión inexistente (Sword Art Online y Suguha).
Y Oreimo esta en tierra de nadie en este aspecto porque Kyosuke tiene la cabeza tan liada como yo y no es capaz de entender lo que siente. Claro que eso ocurre más adelante, pues estos cuatro números no ahondan en los sentimientos de Kyo, solo nos presentan los personajes y resuelven varios conflictos sobre las aficiones de Kirino. En el anime ya veremos más claro las complicaciones que va a pasar el pobre Kyosuke por culpa de Kirino. De momento dejamos estos 26 episodios con una sensación agridulce pues el viaje ha sido divertido y emotivo gracias a Kyo, pero el final es tan absurdo que cuesta entender que no continué con un capítulo más o un tomo más.
Termina con Kirino diciendo: Yo también siento lo mismo, Kyo. Y justo después se ríe de él diciendo que es un pervertido.
Esa no es forma de terminar un arco, ¿Qué siente Kirino? ¿Siente algo? ¿Era una broma? ¿Esta enamorada de su hermano? ¿Kyosuke que responde? ¿Qué piensa él? ¿Qué pasa con las amigas de Kirino: Kuroneko y Saori? ¿Entienden el feo que les hizo en la feria de mangas y la perdonan? No se vuelven a ver después de que Kirino se encontrase con Ayase. Parecían entender el conflicto en el que se encontraba Kirino e hicieron como que no existía, pero no se vuelve a mencionar más. No sabemos si se enemistaron o se ofendieron o les dolió. O, como hace Kyosuke, fingieron eso para protegerla porque la quieren.
Termina como un capitulo más, no hay sensación ninguna de cierre, no parece el final de una temporada, parece un final de capítulo y que en la siguiente página te encontrarás el siguiente. Demasiado abrupto por crear expectación con la frase de Kirino. Si querían meter ese gancho con Kirino diciendo que también esta enamorada de Kyosuke sin decirnos nada más, habría agradecido que lo que quedaba colgando (Kuroneko y Saori) fuera resuelto antes. Mínimo eso. No es tan difícil hacer las cosas bien y darle una vuelta a todo antes de poner punto y final a un arco. Incluso paso por alto la mayor parte del fanservice descarado que tiene adjudicándole el peso que le dan a que es parte de la trama o hacen chistes con ello. Pero que me den un final tan abrupto y abierto no me hace ninguna gracia.
¿No estáis de acuerdo en que un final debe estar muy bien mirado por ser lo último que va a ver y recordar el lector? ¿Vosotros concluiríais El Imperio Contraataca en: Yo soy… FIN?
Es un manga entretenido de leer, una historia ágil y siempre pasan cosas. Personajes simpáticos y una traducción bastante divertida. Pero el final le resta muchos puntos. Una lástima.
Ahora toca ver, llorar y comentar las dos temporadas del anime.