Año 2029. Motoko, una agente especial de la sección 9, una organización gubernamental de seguridad, investiga los ataques de un misterioso hacker, el titiritero, que lanza ataques continuos contra objetivos del gobierno desde hace años.

Empiezo a ver un patrón en las películas de animación japonesa de los noventa (Patlabor, Ghost in the Shell, etc) y es el ritmo contraproducente al mensaje. Me explicaré con este caso en concreto, Ghost in the Shell cuenta con un ritmo endiablado, pasa una cosa tras otra, no da opción a aburrirte y aun así se permite alguna escena pausada, como es el caso del submarinismo, sin embargo ese ritmo tan bien llevado es contrario al mensaje que trata de transmitir.

Me refiero a que no nos permite saborearlo, no cala en nosotros porque la película no se permite momentos de calma para que el espectador entienda que esta sucediendo. No quiero decir con esto que la película resulte confusa, al contrario, es meridianamente clara en sus intenciones y en lo que quiere decir, pero no lo hace con la fuerza que debería. Si hubiera reposado ciertas escenas clave, reduciendo la urgencia de las mismas o alargando la propia escena, el resultado habría sido, en mi opinión, mucho más efectivo.

He llegado al final de la misma diciendo: Si, entiendo todo lo que me han dicho y sus implicaciones me fascinan, pero me siento un estudiante universitario con un profesor que da clases hasta arriba de speed.

Creo que esa sería la analogía más acertada. La película trata por todos los medios de dejar claros los puntos que quiere tratar, y lo hace a toda maquina, con una precisión de cirujano pero a una velocidad para mi gusto excesiva. No hay nada de malo en dejar reposar una idea, dale tiempo para eclosionar, no la sueltes y vayas a por la siguiente.

Ese es mi mayor punto negativo con la película, pues, como he dicho en la analogía, todo lo que propone me resulta fascinante. La crisis de Motoko, ¿Qué la hace humana? ¿Qué sentido tiene la vida si puede ser replicada artificialmente? ¿Y si no es humana? ¿Tiene alma una maquina? ¿Y si la tuviera qué significaría para la humanidad?

Cada una de esas preguntas da para una película en solitario y esta película las afronta con valentía y le da su protagonismo a todas y bastantes más que se me habrán escapado.

Todo esto envuelto en una trama policíaca con tintes políticos en un futuro cercano ¡Hola, Blade Runner!

El chascarrillo es más que evidente, esta película y la obra original beben sin miedo de la obra de Ridley Scott tanto en estética como en las preguntas que plantea sobre la mesa. El mundo que nos plantea Ghost in the Shell se enfoca más en la electrónica y la informática y los horizontes de la misma, en lugar de la biología que nos mostraba Blade Runner, se enfoca en otra evolución tecnológica para afrontar posibilidades similares.

Volviendo a la trama policial, me encanta, y como todo en esta película, esta apresurado en exceso. Me gusta que una película no me tome por idiota, pero creo que Ghost in the Shell está en el límite peligroso de tener que echar hacía atrás la cinta para saber qué ocurre. Todo es tan rápido que muchas veces solucionan las cosas con una simple frase, y cuidado con perdértela.

Por poner un ejemplo del que me acabo de dar cuenta ahora (Si, ahora me doy cuenta de algo que me estaba saltando los plomos), la escena de Togusa revisando las grabaciones en el garaje y viendo como las puertas automáticas se cierran unos segundos tarde.

Viendo esa escena y luego lo que ocurría después no entendía la relación, ¿Qué pasa? ¿Están gordos? ¿Tienen una bomba?

Acabo de caer en que el peso es excesivo y la puerta tarda en cerrarse porque junto a los dos de la sección seis entra el comando de extracción en modo invisible.

He tardado una hora en darme cuenta de eso. La película te suelta la información y si no unes los puntos es tu problema porque ella ya esta con otra cosa, estate más atento la próxima vez.

Curiosamente, no me molesta en absoluto esa característica de la película, incluso me gusta que me fuerce a prestar más y más atención para apreciarla. Parece que la película te incita a verla de nuevo, a fijarte en más detalles y pensar más allá. Lo que otras cintas hacen de manera pasiva, esta, gracias a su ritmo, lo logra de manera activa.

Me resulta la mar de interesante. Puedo estar viendo espíritus en la nada, pero me gustaría pensar que estaban buscando ese efecto. Esto a nivel narrativo de la trama base, la policial. Las preguntas que plantea son expuestas mediante diálogos bastante ingeniosos. Aunque hoy día pueden caer en lo tópico al ser la base de numerosas obras de diversos medios. Al final el padre es el anticuado e idolatramos a los hijos y bastardos.

Y ahora toca comentar lo que sin duda más me ha gustado:

El apartado artístico es maravilloso. Es una delicia ver la ciudad, ver como lo viejo va decayendo ante lo nuevo, ver esos inmensos mercados y las vayas publicitarias iluminando con neones hasta dónde alcanza la vista. Hasta un simple edificio abandonado tiene una extraña belleza. Los fondos están cuidados hasta dar la sensación de que te puedes perder en ellos. ¿El problema que tenía con Los Ángeles de Blade Runner, qué no me gustaría vivir jamás allí? Aquí no ocurre, a pesar de ver decadencia en varios escenarios, de dar indicios de haber sucedido un cataclismo, veo una ciudad viva de verdad, no una que sobrevive, una que vive.

Ves tanto la luz como la oscuridad de este mundo, y te resulta agradable. No es asfixiante ni desolador, es una sociedad más. No es muy diferente a la nuestra, solo han evolucionado en tecnología. La gente sigue yendo a cenar, va de compras al mercado, los políticos siguen jugando sucio en la sombra mientras te sonríen de manera impecable a la cara. Ni es malo, ni es bueno, es un mundo más.

Lo que si es aterrador son los peligros a los que te enfrenta este mundo tecnológico. La perdida de la identidad y de tu propia existencia. Acabar descubriendo un día cualquiera que todos tus recuerdos no son reales, que han entrado en tu mente y la han manipulado hasta enseñarte otra vida distinta. ¿Cómo vives así? La paranoia total de no saber si la vida que tienes ante ti es cierta o no, no poder fiarte ni de tus propios recuerdos. Y si lo sabes ¿Cómo diferencias la realidad del añadido?

Se ahonda muy poco en todo lo que implica esa ausencia total de control sobre la propia existencia. Vemos como el titiritero maneja a personas normales y corrientes dándoles nuevas vidas para manipularlos, y una escena que nos pone en la cara lo horrible que es perder tu identidad para siempre, y fin. No se vuelve a mencionar.

Es el problema de querer contar tanto en tan poco, que deja todo en el aire para que el espectador haga parte del trabajo. Esta película es muy valiente en ese aspecto, confía demasiado en nosotros.

La verdad es que me alegra haber visto esta cinta con la mentalidad de Blade Runner, y en estos momentos. Estoy convencido de que hace unos años la habría tirado por la ventana con varias neuronas menos. Por esto mismo recomiendo precaución a la hora de verla, y tratar por todos los medios de entrar en ella con la mentalidad adecuada. Es un consejo que se podría aplicar a cualquier cinta, pues cada una de ellas tiene un objetivo distinto y esperar lo mismo de todas es cerrarse muchas puertas.

Me dejo en el tintero apartados como la animación, que es alucinante a nivel técnico y va de lo grotesco a lo bello con una facilidad pasmosa, Mamoru Oshii tiene muy buena mano a nivel de animación por lo que he visto aquí. Tampoco he comentado algo que me ha irritado ligeramente y es la secuencia inicial ¿Era necesario un primer plano del culo? Sé lo que trata de decirme con la desnudez de Motoko, no se siente atada a la timidez o el pudor que tendría una persona normal, que esta dejando de lado ciertos aspectos que consideraríamos básicos en nuestro comportamiento (Por eso tiene esos ojos de muñeca tan inquietantes que no demuestran emoción hasta el final), pero una cosa es como lo trata la película, sin planos descarados, y otra muy distinta es la introducción.

En dicha introducción tenemos el proceso de fabricación de Motoko, haciendo demasiado hincapié para mi gusto en su pecho y culo. Me parece muy barato y gratuito, y parece un añadido forzado pues, como he dicho, en el resto de la película no se vuelve a sexualizar usando la cámara. Motoko aparece desnuda muchas veces, pero nunca noto que se la sexualice en dichas escenas, que están puestas ahí para hablarte del personaje, no para que te recrees la vista.

En fin, agradezco al menos que el tramite de los culos termine en los primeros cinco minutos.

No me gustaría terminar este artículo con la palabra culo, así que os dejaré una breve recomendación.

Entrad a esta película cuándo tengáis la cabeza despegada, sin nada en que pensar y prestarle vuestra máxima atención. Es un pequeño esfuerzo que os dará muy buenos resultados.

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Ghost in the Shell 2.0 (Mediabook) [Blu-ray]