Un diverso equipo de exploradores es reunido para aventurarse en el interior de una isla del Pacífico -tan bella como traicionera- que no aparece en los mapas, sin saber que están invadiendo los dominios del mítico King Kong.

Estamos ante Predator con monstruos gigantes versionado por Zack Snyder. La mejor definición que se me ocurre de esta película y le sienta como un guante. Es una maravilla visual que se te queda grabada con sus impactantes imágenes.

No es aleatoria la mención a Snyder, no solo por el director de fotografía encargado de esta maravilla, estamos ante una película que basa todas sus escenas en: ¿Qué es lo que mola? ¿Un gorila gigante? Pues ponlo, con el atardecer de fondo, y a cámara lenta. Añade también algo de fuego, gente gritando con el sonido al mínimo salvo todo lo mecánico.

Toda la película va enfocada a superarse siempre, a hacer algo grande y luego superarlo con la épica y lo molón por bandera. Es una locura delirante que no se amilana lo más mínimo ante decisiones que otros no harían por miedo al ridiculo, y lo mejor es que quedan bien. Estamos ante una película en la que un gorila de cincuenta metros se hace un bate con un árbol y dan ganas de aplaudir.

En este aspecto sigue y magnifica todo lo visto en Pacific Rim ¿allí teníamos un robot gigante con un petrolero? Pues aquí Kong se dedica a dar puñetazos con una hélice a modo de puño americano.

En cuestión de ritmo es un no parar, no se descansa ni un solo segundo. Los momentos de calma solo están para que los personajes tengan un respiro falso y les ataque otro monstruo. De esta forma asistimos a una sucesión de escenas de acción desde que entramos en la isla hasta que la abandonamos por todo lo alto.

En ese aspecto, y volviendo a mi comentario inicial, me recuerda de manera constante a Predator en pequeños detalles. Hasta el personaje de Samuel L. Jackson reinterpreta poses y frases como: Si sangra, podemos matarlo o la épica escena con la antorcha frente a la amenaza.

Y de una mítica a otra, también tiene similitudes con Aliens en sus personajes, no tanto en que se parezcan como en la forma de tratarlos. La gran mayoría son personajes planos (No por ello son malos, y ya está aquí nuestro Dragón favorito para explicarlo) cual tabla de planchar, al igual que en la cinta de James Cameron dónde salvo Ripley el resto no eran más que personajes de cartón piedra con un carisma arrollador. Kong tiene el mismo tipo de personaje, se sustentan en su carisma y simpatía. Incluso el personaje de John C. Reilly que cuenta con un mayor trasfondo no deja de ser el típico loco de la Isla del Tesoro.

La gran mayoría cumple con su función a la perfección, ya sea la típica víctima que deseamos que se la coma, los soldados que se quieren como una familia o el protagonista más duro que un muro que es Tom Hiddleston. Logran que me gusten los personajes del geológa y la bióloga y no hacen prácticamente nada salvo explicar cómo es posible que existan bichos de cien metros.

En cuánto a la explicación, me encanta que volvamos a retomar las locuras de los años cincuenta y sesenta, la teoría de la Tierra Hueca es tan demencial como entrañable y muy atractiva porque apenas se la menciona en un par de ocasiones y me muero de la curiosidad de ver un ecosistema aislado y gigantesco dónde lo más pequeño sea seguramente Kong. Esto no sólo es para explicar porque no hemos visto nunca a estos seres, es para dar pie al enfrentamiento con Godzilla y dejar claro que no son los únicos kaijus.

Las referencias a Godzilla también son evidentes, aunque se centran en el personaje de John Goodman que menciona el ataque a un buque y cómo las pruebas nucleares del 54 (¿Un guiño al original?) no fueron tales, eran para destruirlo. Están tomándose muy en serio este universo compartido y de una forma muy natural, no te dan la sensación de ser injertos artificiales (Aprende DC) para poder seguir adelante con el invento descabellado de Godzilla versus King Kong, son detalles coherentes con el argumento, es más, van a la isla basándose en las pruebas que tienen de Godzilla.

Esto deja con unas ganas de más insoportables. Han trabajado muy duro para darnos una locura maravillosa y yo he salido encantado del cine y dando gracias a todos los implicados por no amilanarse e ir a por todas por absurdo que pareciese a primera vista. Se nota un cariño por el producto inmenso, hasta veo guiños a las anteriores, incluida la versión setentera en un par de planos en los que parece que Kong no lucha contra los gusanos calavera sino con serpientes. Qué se acuerden hasta de la versión más floja del gorila es encantador. Si se las han ingeniado para poner una escena de Kong encadenado que da pie a la mejor lucha de la película.

Ahora toca el servicio comunitario, por culpa de los horarios del mi cine más cercano opté por ver la versión en 3D. Este invento sigue teniendo un potencial enorme y se esta abandonando a una simple escusa para cobrar más (Cameron, date prisa en meter más pasta en esto y arreglalo del todo). Los movimientos rápidos, los giros de cámara y los terceros planos siguen fallando de manera alarmante, muchos detalles se pierden ya que el ojo tiene que hacer el esfuerzo para el efecto y no puede observar con rapidez todo lo que se muestra en pantalla. Ha eso añadirle que Yelmo Cines no ha cambiado los proyectores desde que los hermanos Lumiere inventaron el cinematógrafo. Se ve oscuro, muy oscuro, en las escenas nocturnas apenas se ve nada por culpa de esto ya que el 3D ya es bastante más oscuro que el original, así que imaginaos que ocurre cuándo el propio proyector lo incrementa. Y sigues saliendo de la sala con dolor de ojos por el esfuerzo, o al menos soy yo que tengo la costumbre de mirar a todo en todo momento, y más con este tipo de películas.

No os desanimo a verla pues tiene escenas concretas espectaculares y bellas gracias a la profundidad, ahora mismo se me ocurre una en que se superponen varios planos con los rayos de la luz atravesando los árboles. Era espectacular porque te sentías atravesando unas ruinas y casi sentías esos rayos cortándose por los árboles decenas de metros por encima de ti.

Pero a no ser que vayáis a un cine Imax o uno que tenga una calidad superior a esta, no considero que merezca la pena, pierdes bastante más de lo que ganas con el efecto de profundidad.

Dicho esto, solo quiero que pase rápido el año para ver el siguiente paso de este universo con Godzilla. Tengo la sensación de que vamos a vivir una época dorada de Kaijus dónde la locura y lo raro van a ser bandera. Es como volver a ser un niño pequeño y eso me entusiasma.