Un pergamino con un poder incontenible. Un monje encargado de protegerlo de todo mal. Un nazi que lo busca para hacerse con el mundo. Y un carterista con un corazón de oro que se encontrará luchando en una guerra que no es la suya.

Esta película es… rara. No es buena, pero tampoco puedo considerarla mala porque tiene cosas muy interesantes. Da la sensación de tener a dos equipos totalmente diferentes para hacer la película. Uno incompetente y otro sin recursos, y al final el resultado es eso, raro.

Me explicaré. Tenemos escenas de acción con coreografías muy conseguidas, divertidas, ágiles y, hasta en algún momento, bien rodadas y planificadas. Pero justo después, y cuándo digo justo después es que de un golpe para otro cambia TODO, nos meten una coreografía mal hecha, mal rodada y pesimamente montada.

Por poneros un ejemplo, las escenas del Monje con Kar cuándo luchan por primera vez es muy divertida, se nota que Chow Yun-Fat se lo estaba pasando bien que hasta guiña a cámara.  Sin embargo nos vamos al principio de la película con el Monje luchando contra su maestro en un puente y es bochornoso. Los movimientos son acartonados, el fondo verde se ve desde el Kilimanjaro y la propia coreografía parece más un baile que una pelea de verdad.

Luego tenemos al villano: Un nazi en busca de dominar el mundo. Este tipo de villanos no te pueden fallar, pero falla. Es demasiado idiota para dar  miedo y demasiado burdo como para que nos guste su estilo o nos atraiga con su malicia. Y eso que tiene elementos interesantes como que su lugarteniente es su nieta o que siempre estén a un paso de atrapar a los héroes. Da la sensación continua de que nunca están a salvo y eso genera un constante peligro, no sabes cuándo van a aparecer.

Los personajes también van en esa fina cuerda de la ineptitud y las buenas intenciones. Chow Yun-Fat es el que mejor lo hace, es divertido pero sientes el peso que esta llevando consigo. En cuánto a Yar, Seann William Scott lo hace bastante mejor que como lo recordaba. Creo que su fama de comedias malas a acabado por hacer que no me lo tome demasiado en serio, pero aquí hace de un personaje caradura pero simpático. Me recuerda un poco al protagonista de Akira en el aspecto de tener mil y una taras pero es lo suficientemente simpático como para que acabemos siguiéndole. Una versión serie B de Aladdin podríamos decir.

Lo que sí me ha gustado, aunque este hecho de aquella manera, es el final. Abreviando, el Monje debe traspasar el pergamino a otro guardián y ese es Yar, pero también Jade. De este modo convierten el interes amoroso en protagonista a la misma altura que Yar. Me encanta ese detalle (Qué sin duda viene del comic porque la película se las apaña por ensuciar todo lo posible este giro al no darle el más mínimo merito. Si, claro eres una guardián pero el importante es Yar).

De esta forma tenemos una película irregular; unos personajes desdibujados con unas relaciones que florecen en cuestión de segundos por el bien de la trama; trama que a pesar de su simpleza avanza a trompicones al no ser capaz de saber cómo ni cuándo contar cada cosa.

Y aun con todo me gusta, es un tipo de historia que me atrae y unos personajes simpáticos a los que acompañar en sus aventuras. Ojala le hicieran un remake a la altura porque tiene potencial para ser una gran película. Un director como los de John Wick, y actores competentes crearían una gran aventura de acción.

Hasta ese día me conformaré con la sonrisa divertida de Chow Yun-Fat y al simpático de Seann William Scott.