Al joven Jake Chambers le asaltan continuas pesadillas con una torre oscura, el hombre de negro y un pistolero. Su entorno y sus padres creen que es a consecuencia de la muerte de un ser querido. La realidad es bien distinta, Jake es capaz de ver a través de los mundos, y esta llegando hasta el Hombre de Negro, un poderoso hechicero que busca destruir la Torre Oscura y sumir el mundo en el caos.

Estamos ante una película funcional en todos los aspectos. Su trama funciona, sus personajes funcionan, su ritmo funciona, todo funciona como un reloj yendo paso por paso sin problemas graves. Esto puede ser un inconveniente para todo aquel que conozca la obra original de King pues, incluso yo que la desconozco, se nota mucho que el guión ha sido recortado hasta dejarlo en su mínima expresión comprensible.

La Torre Oscura ofrece una aventura juvenil de fantasía en una mezcla del género urbano y épico bastante resultona pero que solo acaricia la superficie del inmenso océano que construyó Stephen King. Se puede percibir en mi aspectos, los guiños constantes a la obra del autor que se antojan anecdoticos cuando parece que deben tener más presencia, o la ausencia de ciertos elementos que solo se mencionan a base de guiños visuales.

Se menciona con una pintada la presencia del Rey Carmesí quedando en eso, un mero guiño al lector pero que un espectador atento no le encontrará sentido pues no se vuelve a mencionar nunca más. Incluso se podría pensar que el Rey Carmesí esta fuera del universo y esta atacando con sus criaturas pues los portales son escarlata, pero no se afirma ni desmiente nada.

Al final te quedas con una histórica muy simpática que podría haber sido más grande pero no le han dejado. La idea del director primigenio, Ron Howard, era una locura a nivel de presupuesto, pero creo que habría sido lo mejor para algo tan vasto pues Stephen King construyó su propio Señor de los Anillos con la saga de La Torre Oscura, tejiendo hilos que unían todos sus libros de una forma u otra.

Toda esa complejidad narrativa queda relegada a elementos visuales al no contar con el apoyó económico para hacer algo más grande y ambicioso.

Ojo, no quiero decir que sea mala película, a mi me gusto, me parece muy entretenida y consigue algo que muy pocas consiguen y es que me caiga simpático el chico. Solo remarco algo que se nota, y es que es más simple que el mecanismo de un botijo. Y puede que muchos les enfaden ciertos elementos pues no dejan del todo claro que es magia y funciona como tal y a veces parece que las cosas ocurren porque sí.

Al final los puntos más fuertes son los personajes, el Hombre de Negro es aterrador pero del tipo que quieres seguir mirando para ver que nueva burrada hace. Matthew McConaughey crea un villano despreciable y carismático a partes iguales. Idris Elba por su parte nos da un héroe tipo Clint Eastwood, cansado pero aun dando guerra. La comparación no es al azar, Clint Eastwood es el modelo usado por King para el personaje del Pistolero. Sufre y parece perdido pero sabes que al final hará lo que debe y que tú aplaudirás cuando empiecen los fuegos artificiales.

En cuanto a Tom Taylor, el protagonista de la historia, es un personaje simpático al que le cogemos cariño en seguida. Vemos como sufre esas pesadillas y como trata de entenderlas y superarlas, no reprimiéndolas, enfrentándose a ellas, es algo que veo pocas veces. Es un personaje que toma la iniciativa, que es proactivo en todo momento. Y te lo crees en todo momento, a veces en estas fantasías el protagonista viaja a mundos imposibles y le resbala saltándose su personalidad, pero aquí te parece algo natural que le afecte menos todo lo que le ocurre, lo asimila y nosotros comprendemos por lo que esta pasando.

En general es una película que recomendaría, y me gustaría que continuaran con nuevas entregas tratando de meter más tramas en ellas, pero no creo que llegue a buen puerto esta petición, no ganó mucho en taquilla. Al menos nos quedamos con algo que funciona bien como historia independiente.